lunes, 1 de agosto de 2016

Crónicas de la ventana. I

Nuestro amor fue eso: un péndulo sin regreso, golpes fuertes destroza almas, como el aire por la ventana rota, como la luna que ya no cabía en nosotros, en medio, ya no se que es lo que había, aveces rencores, desazones o maltratos.
La noche ya no era la primera, el viento golpeaba en vidrios rotos y estos volaban a nosotros, clavándose muy dentro como astillas, de esas que se internan en los dedos como cuando de niño jugaba a todo.

Ruinas I

Y es que te cansas de cargar con las nostalgias, ellas se esconden el la punta del bolsillo, justo ahí entre la pelusa y los residuos del tabaco.
¿Me duele? No se para que me lo pregunto, no sé para que cabrón me lo mencionan, obvio que sí, por supuesto que me duele, no el adiós o la soledad que prosiguió, me duelen las formas, el como, esa noche cuando dijiste alcánzame y simplemente yo no hice nada.

Aquella noche pase por tu ventana, si, tu ventana, ya no era mía, ya no era nuestra, tal vez por ese vidrio roto tire las esperanzas...

Para serte honesto no sabes como me arrepiento, y sí, se que siempre navegue con la bandera del que todo lo asume, del que nada le duele, pero si, me arrepiento.


Como te decía aquella noche pase por tu ventana, escuche llantos, y huí, no se si me sentía muy sabina o lo imbécil me inundaba, tal vez lo segundo, abordé el ultimo autobús, los vecinos me miraron como si supieran que era mi ultima noche ahí, me sentía observado, como si todos supieran de mi huida y me fui despidiendo de la ruta, de la rutina, de los sueños, no se por que no me despedí de ti...