Y es que te cansas de cargar con las
nostalgias, ellas se esconden el la punta del bolsillo, justo ahí
entre la pelusa y los residuos del tabaco.
¿Me duele? No se para que me lo
pregunto, no sé para que cabrón me lo mencionan, obvio que sí, por
supuesto que me duele, no el adiós o la soledad que prosiguió, me
duelen las formas, el como, esa noche cuando dijiste alcánzame y
simplemente yo no hice nada.
Aquella noche pase por tu ventana, si,
tu ventana, ya no era mía, ya no era nuestra, tal vez por ese vidrio
roto tire las esperanzas...
Para serte honesto no sabes como me
arrepiento, y sí, se que siempre navegue con la bandera del que todo
lo asume, del que nada le duele, pero si, me arrepiento.
Como te decía aquella noche pase por tu
ventana, escuche llantos, y huí, no se si me sentía muy sabina o lo
imbécil me inundaba, tal vez lo segundo, abordé el ultimo autobús,
los vecinos me miraron como si supieran que era mi ultima noche ahí,
me sentía observado, como si todos supieran de mi huida y me fui
despidiendo de la ruta, de la rutina, de los sueños, no se por que
no me despedí de ti...
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